La
actual concepción del Desarrollo Humano, en la medida que pone a las personas
como centro y meta del mismo, otorga a la educación en general, y a la
formación profesional y técnica en particular, un rol protagónico en el proceso
de desarrollo de capacidades emprendedoras y expansión de oportunidades, así como en el
esfuerzo por disminuir las manifestaciones de la exclusión social. Entonces La educación para el emprendimiento
día tras día cobra un mayor sentido e importancia y es por esto que desde
el mismo Estado, hasta las instituciones educativas propenden por fomentar cátedras de emprendimiento
para la formación empresarial y de innovación en los estudiantes.
El
desarrollo de la cultura del emprendimiento es un proceso que requiere que las
instituciones educativas identifiquen la importancia de implementar una cultura
institucional enfocada hacia la formación de actitudes emprendedoras en los jóvenes,
desde las competencias básicas y ciudadanas, de tal manera que dichas actitudes
se evidencien en todas las gestiones y acciones formativas en las que participa
la comunidad.
La cultura del emprendimiento es una manera
de pensar y actuar, orientada hacia la creación de riqueza, a través del
aprovechamiento de oportunidades, del desarrollo de una visión global y de un
liderazgo equilibrado, de la gestión de un riesgo calculado, cuyo resultado es
la creación de valor que beneficia a los emprendedores, la empresa, la economía
y la sociedad.
El emprendimiento se refiere al esfuerzo
adicional por alcanzar una meta, será entendido como una serie de
características desarrolladas en una persona que establecen una actitud de vida
donde esta presente la innovación, la creatividad, la autoconfianza y la
capacidad para desarrollar proyectos
El emprendimiento hoy en día, ha ganado una
gran importancia por la necesidad de muchas personas de lograr su independencia
y estabilidad económica. Los altos niveles de desempleo, y la baja calidad de
los empleos existentes, han creado en las personas, la necesidad de generar sus
propios recursos, de iniciar sus propios negocios, y pasar de ser empleados a
ser empleadores.
La formación del espíritu emprendedor incluye una mirada integral a la educación de los jóvenes, junto con
entregar herramientas para generar iniciativas productivas, se pretende
habilitarlos como personas, donde se una la capacidad emprendedora con la
solidaridad y responsabilidad social.
La
existencia de una formación ligada al emprendimiento en las distintas etapas
del ciclo educativo, es fundamental para que las futuras generaciones logren
insertarse con éxito en el sistema imperante. Así lo establece el profesor
Benedicto González, docente del colegio Alexander Fleming, quien señala que “si
no hacemos en forma urgente el vínculo, vamos a entregar a nuestros alumnos una
educación que no les servirá para enfrentar el cambio permanente, el desarrollo
tecnológico, la globalización en su parte menos amable y los problemas
sociales, económicos, laborales, ecológicos, etc., que vienen aparejados”.
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